Las combinaciones de un "hubiera"
Hazme mucho caso, cariño mío, pues éstas líneas son para ti.
No puedo, no debo darte nada más que mi corazón conjugado en subjuntivo, las infinitas versiones de mí, sobre las que resbalo y que nunca seré. ¡Cómo quisiera hacerme pequeñito y meterme hasta tu sangre, para descubrir las vidas que tienes hacia adentro y olvidar el significado de mi nombre; envuelto en mi apacible soledad como un feto, haciendo un viaje a ningún lugar...!
Eres mi encrucijada en el laberinto, la cara de la moneda que caerá sobre mi palma, y sobre ti quiero abrirme el pecho como si acomodara el pan dulce sobre la mesa.
No hay más, soy la palabra que mandó callar la reticencia, y para asomarme en tu fondo necesito mi cabeza y serenidad. Sobre tus manos estoy, y te voy a dar para siempre mis labios (aunque no quiera), y mis versos y mis santos, las ocho líneas de mis manos, mi espalda cansada y mis ilusiones de niño, mi fortaleza. Para que hagas con ello lo que quieras, de todas formas me iré de aquí, soy un viajero, un astronauta pensando en estrellas, y me he estado marchando desde el primer día. Adiós, cariño mío, en una de esas infinitas versiones quizá vivamos juntos para siempre.
(Las estrellas son sólo lugares como éste, pero apartados. Lejos de aquí, en un universo paralelo, personas que jamás conoceré derramarán el verso a nuestro nombre, diciendo que somos sus estrellas.)
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