Para decirte las cosas correctas

Necesité todas las vueltas al sol, y sacarle a la casualidad hasta el último punto decimal. Para no tener que decirte un día (lejano y borroso) cosas ya sin importancia. Hubo de vaciarse el corazón entero, a base de transfusiones, para que precisamente aprendiera a querer. Para encontrar que, a pesar de él, te quiere.

Sobre la montaña me alcé y piedra de montaña fui. Aniquilado, mezclado una y otra vez del polvo que me haré. Persiguiendo tus reencarnaciones. Era tu mensaje. Era tu verbo lo que me ataba a ti, ¿sabes? Siempre has sido dulce como las posibilidades del subjuntivo.

No éramos una u otra cosa, sino simplemente lo mismo, repetido y siempre diferente, sin hartarnos del juego circular del universo. Fuimos dos espejos paralelos. Era cuestión de jugar a ignorarme y de concentrar en un momento toda cosa mía, cuando finalmente te alcanzara. Y de doblar imposibles a tiempo.

Para mezclar sonidos y letras en tus palabras, en tu último nombre. Porque quiero que seas inmortal.

1 comentario:

  1. Wow siempre tan intenso Brow! tuve que leerlo dos y media veces wow!
    Que puedo decir que no sepas... Wow

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