Ojalá y no encuentres en él lo que creías que no te he dado.
Ojalá y te arrepientas en el
momento más privado,
que llegue yo a dominar tu mente
entre el deseo de sus manos,
entre su vientre desnudo
y su gemido desesperado.
Ojalá que te coman esta noche los gusanos.
Ojalá y un día vuelvas, cariño mío,
víbora, crisantemo desahuciado.
Ahí seguramente estaré yo; estúpido. Esperando.
(¿Tenías que ser tú a quien más he amado?)
Perdón, corrijo lo dicho, mi vida:
Te aborrezco y te amo,
y ninguna de las dos pero todo lo contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario