Hoy

La lluvia le hacía el amor al suelo esta mañana. Pero el sol ni siquiera se enteró, atrapado como estaba en su cama, amarrado a sueños de mejor clima. Estaba con la luna, quizás.

Adentro, la armonía del piano improvisaba un cálido resguardo. La melodía derramaba su eco sobre el salón, como una cúpula intangible. Impermeable. La música le hacía el amor al piano.

El cielo amó sin prisa al pavimento, y nosotros aprovechamos el encierro para revivir a Tchaikovsky entre duela, zapatillas y corazón. Se hizo a sí mismo el amor, entre tanto arpegio.

Así fue hasta medio día, bajo la lluvia edulcorada. Todos hicieron el amor este día, incluso yo. Yo amé al piso usando los pies. Eso y la duela, las zapatillas blancas, y mi inflado corazón.

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