Lapso autista

Pensé que eras una cúpula, pero solamente eres azul, querida Azul. En días ya empolvados fuiste para mí un lienzo, una manta esparcida a lo largo del cielo. Un lugar que se puede pisar. Pero ya no, te he encontrado carente de forma y materia, eres nada, como el aire, translúcido mar. Te miro y te miro, te descifro hasta mi cansancio y sólo sé que eres Azul como nadie más. ¿En dónde se posa tu azul, Azul? ¿En dónde es que estás?

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¿Sobre mí qué hay, Azul? Confiaba en que estuvieras tú encima, pero hoy aguardé la partida del sol. ¿A dónde te fuiste? Sangraste el mundo superior, y luego te suplió tu manchón de tinta negra. A lo lejos viajan estrellas, y la nada del espacio exterior. ¿En dónde quedó tu matiz indivisible, tu estado inamovible, innato y azul? Alguien me dijo alguna vez que sólo hay aire invisible y, afuera, el negro espacio acarreando luz. Eso es lo que hay, y sin embargo te cuelas formándote de ninguna cosa azul, y creas el azulado (y a-su-lado) del cielo. Allá arriba siempre se debería ver la oscuridad y los suspiros de las estrellas, no tienes una repisa en la cual descansar, Azul. No tienes hogar.

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Sobre el tiempo también mutas a los demás colores, pero tu faz es el azul, Azul. Nubes múltiples suelen darte la ilusión de tangibilidad, pero ellas también repiten mis dudas entre vapor. Has de ser el pensar del sol, y en su compañía te haces realidad. Sabrás ahora, Azul, que las cosas esconden su singularidad, y bajo su máscara el secreto espera. Pero tú no, tú eres, simplemente el color Azul. Y nada más.

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Azul, Azul, Azul; te voy a repetir hasta no saber nada más. Te voy a mirar hasta conseguir ese reflejo de tu sencilla honestidad, tu desnudez, tu sensualidad. Para ver si entonces puedo observar lo mismo en mí, y esconderme junto contigo, por debajo y sobre el mar. Azul, Azul, haz mi alma color azul, y abandóname en algún lugar; dámelo todo para echarse a perder, y algo sumamente especial. Algo que querer, y todo con caducidad. Azul, dame ojos color azul, y enséñame a mirar.

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Todas las cosas esconden su pensar, su secreto más íntimo. Pero eso no sucede contigo, eres absolutamente esencial, eres azul y no tienes nada más, ni cuerpo ni alma, ni pasado. Eres idéntica a como serás. ¡Qué dicha ha de ser alcanzar tu destino, convertirme en hombre, y nada más!

1 comentario:

  1. Todo un estuche de monerías señor! jeje felicidades ame esta parte; "Te voy a mirar hasta conseguir ese reflejo de tu sencilla honestidad, tu desnudez, tu sensualidad. Para ver si entonces puedo observar lo mismo en mí, y esconderme junto contigo, por debajo y sobre el mar" Te quiero ver estudiando cine Charlie! echale ganas!!

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