Esperé el amanecer...

Esperé el amanecer despierto, durante toda la noche. Borrando sombras, cientos de colores aparecieron ante mis ojos: azul, verde, amarillo, rojo y blanco. Y las olas del mar, el sonido del mar, rompiendo suavemente sobre el puerto. Hablándome en lenguas que he olvidado. Y la luz. Los rayos del sol, cálidos ahora, acariciándome.

Ya lo comprobé. Definitivamente, no hay nada más bonito que tú. Ni siquiera este momento.

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