Me senté al borde...

Me senté al borde de la cama
y bebí un sorbo de agua;
agotado, pero sin cansarme,
de tenerte en mis brazos toda la mañana.

Al principio me sabe a dicha,
y no cambia realmente nada:
nos encontramos bajo la piel
toda la necia mañana.

Pero la dicha dura poco,
y mi bebida se amarga.
Adentro de ti algo cede,
muere en ti algo que antes me amaba.

El sabor empeora
hasta la última gota.
Tú ya ves a alguien,
yo ya salgo con otra.

Sobre la misma cama,
con la misma memoria rota.
Y con esta botella
con sabor a Derrota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario