La Prueba

Æ! æ æ æ æ… mmmmmh!… aah!... aah! se rompió el silencio e inundó la habitación con su sonido...su cuerpo se estremeció en incontrolables movimientos involuntarios que la sacudieron en todo lo largo...su piel, perlada con finísimas gotas de sudor y erizada en su totalidad, reflejaba como diminutas estrellas la tenue luz amarillenta de la lampara de noche posada en la mesita contígua, a un costado de la cama... los dedos de sus manos se contrajeron fuertemente en la blanca sábana que cubría su lecho... su respiración, agitada, entrecortada, acorde a los contínuos y repetidos movimientos involuntarios de su cuerpo, al mismo tiempo que sus ojos entrecerrados con la mirada extraviada, sin fondo, enmarcaban con toda precisión la escena...

Æ! æ æ æ æ, mmmmh!…aah!...mmh!…mmh!…mmh!… retumbó nuevamente y el eco en la habitación contestó casi simultáneamente, como queriendo perpetuar la experiencia vivida y un nuevo y fuerte aah! escapó de sus labios. Su cuerpo se contrajo fuertemente, y de manera brusca se relajó, dejando escapar desde lo más profundo de sus pulmones el aire contenido en ellos... el tiempo pareció detenerse...el silencio, anteriormente roto por los gemidos característicos, reinó... el aire dejó de moverse...

Sus bellos ojos azules mostraban la mirada fija, extraviada, extasiada, posada suavemente sobre la pared contígua a la mesa de noche, que junto con su lámpara, fueron los testigos...

El único vestigio, el mudo testimonio de la maravillosa experiencia quedo ahí, sin vida, inerte, esperando guardar para siempre, de manera inmaculada, los secretos de su vida...

No hay comentarios:

Publicar un comentario