Hay algo distinto...

Hay algo distinto cuando nos amamos a oscuras, con las luces apagadas, porque entonces puedo cerrar los ojos y sentir con más claridad que nuestros cuerpos, en realidad, no existen. Sólo estamos tú y yo, en algún lugar de un sueño agradable de Dios, compartiéndonos, regalándonos mutuamente el alma. (Con cada beso que me das, me pasas mariposas al fondo de la garganta. De lo más espléndido).

Perdona si aún no puedo escribir bien, pero mi corazón ha estado latiendo demasiado desde que le prestaste tu nombre.

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